UN DÍA DE FE Y ESPERANZA SE VIVIÓ EN EL 15° ANIVERSARIO DE LA SIERVA DE DIOS MARÍA ESPERANZA

El miércoles, 7 de agosto de 2019, se honró el recuerdo de la sierva de Dios María Esperanza Medrano de Bianchini, mensajera de la Virgen de Betania, con motivo de su decimoquinto aniversario de partida de esta tierra a la morada del Señor. En la iglesia La Caridad del Cobre, ubicada en Caracas, se dieron cita sacerdotes y feligreses para participar de una solemne eucaristía, la cual fue presidida por el obispo exarca católico greco melquita en Venezuela, el Excmo. Mons. Georges Kahhale. Lo acompañaron en esta Santa Misa Mons. Henry William Padilla, párroco de Nuestra Señora de La Caridad del Cobre, Santa Paula; el padre Juan Carlos Silva, párroco de Santa Rosalía, Caracas; el padre Ángel Ríos, párroco de Santa Rosalía de Palermo, El Hatillo; el padre Lexander Brito, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, El Junquito; y el padre Orlando González, párroco de San José de Los Altos. La Coral Betania acompañó con sus cantos esta emotiva celebración.

Durante su homilía, Mons. Kahhale exhortó a tener fe “porque Cristo ha vencido al mundo”. Dijo que la sierva de Dios María Esperanza había dejado un profundo recuerdo en los corazones, en la comunidad, y no sólo en Betania, sino en el mundo entero, a través de comunidades de Betania que llevan el mensaje de paz y reconciliación. Expresó su deseo de que fuese elevada a los altares para seguir su ejemplo de amar a todos y transmitir la doctrina de Cristo.

Los presbíteros, después de la Eucaristía, compartieron su sentir en entrevista privada. Mons. Padilla expresó que había conocido a la sierva de Dios María Esperanza desde que era rector del filosofado de San José de El Hatillo, exaltando su obra, especialmente con su familia y la Coral Betania, que irradiaban mucha alegría, mucha fe, ya que todos comulgaban y reconocían a Jesucristo, y afirmó que la coral por su expresión de cercanía, de alegría, de fe y esperanza tenía un importante mensaje para el país. El padre Ríos, por su parte, dijo que ellos habían crecido con la sierva de Dios, que siempre les transmitió mucha alegría, mucha esperanza, y sobre todo un gran deseo de acercarse a Dios: “Durante estos quince años hemos estado caminando con ella, porque nos permite también seguir disfrutando de las bendiciones de Dios en comunión con toda la Iglesia, y por eso estamos aquí pidiéndole al Señor su gracia para que la podamos ver en los altares.” De igual manera, el padre Silva habló de los frutos patentes y evidentes de esta sierva de Dios; de misericordia, salvación, compasión, amor; de amor a la unidad fraternal y el rescate a la unidad de la familia. Así mismo el padre Brito expresó haberla conocido y haber visitado el Santuario de Betania desde que era pequeño; que Dios suscitaba de su pueblo hombres y mujeres que eran capaces de hacerle presente en medio del mundo: “Pienso que este es el legado de María Esperanza”, dijo. El padre González expresó que para él la sierva de Dios María Esperanza era esperanza, futuro y proyección de Venezuela.

Luego se trasladaron al Cementerio del Este, en La Guairita, en Caracas, para rezar el Rosario y pedir su intercesión para que llegue la añorada paz y la reconciliación al país. Sin duda fue un gran día de luz y esperanza para todos los venezolanos.