Otro hermoso compartir en el Santuario N.S. de La Candelaria – Dr. José Gregorio Hernández

Como se había pautado, todos los días 7 de cada mes, en el Santuario N.S. de La Candelaria – Dr. José Gregorio Hernández, se llevó a cabo una Misa para promover la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios María Esperanza Medrano de Bianchini, vidente y mensajera de la Virgen Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones, también conocida como Virgen de Betania; en esta ocasión el 7 de marzo de 2021.

La Sagrada Eucaristía fue celebrada por el P. Jesús Ávila, vicario parroquial de N.S. de La Candelaria, y acompañada de los cantos de la Coral Betania. El padre exhortó a dejarse llenar del celo que ardía en el Corazón del Señor, dejando atrás lo que retrasa la conversión y abrazando la doctrina renovadora que Jesús proclamó.

La mayor de sus hijas, la Sra. María Inmaculada Bianchini de Gentile, después de hacer una breve semblanza de su madre, explicó que su vida estuvo centrada en tres grandes virtudes: una fe intachable en el Señor y su Palabra; una gran esperanza, con confianza plena en las promesas del Padre; y una gran caridad expresada, a través de su vida, hacia todos los que se cruzaron en su camino.

La menor de sus hijas, la Sra. María del Carmen Bianchini de León, comentó que su madre “desde pequeña fue una persona de mucha oración, lo que la llevó a cumplir la voluntad de Dios, con la Misa diaria, la confesión y el rezo del Rosario. Amaba a la Iglesia, al santo padre, a los sacerdotes y las monjas”. También se refirió a ella como una trabajadora incansable por la unidad familiar, y por su reconstitución y finalizó diciendo: “Pídanle a mi mamá por sus familias, por sus necesidades, por todo lo que tengan muy adentro de sus corazones, que sé que ella los va a escuchar y los presentará ante la Virgen y el Señor.”

El Sr. Juan Carlos León, esposo de la Sra. María del Carmen, se refirió a la sierva de Dios como ejemplo vivo de entrega a la vida espiritual, para mostrar un camino claro y directo que conduce al encuentro con el Señor: “Ella nos enseñó a reconciliarnos con nosotros mismos, con Dios, con nuestra familia y allegados, y así lograr la reconciliación de la sociedad para alcanzar la tan anhelada paz y justicia social que todos deseamos. […]. Pidámosle, entonces, con devoción su intercesión y, a ejemplo de su vida dedicada a la familia, preocupémonos de fortalecer los lazos de fraternidad con nuestros familiares, siempre basados en los valores cristianos, católicos, acompañando a nuestra Iglesia Santa.”