A los diez años de su partida, la sierva de Dios María Esperanza es recordada por su gran amor a la Iglesia
El Excmo. Mons. Georges Kahhale, Exarca Católico de la Iglesia Greco-Melkita en Venezuela y miembro de la Conferencia Episcopal Venezolana, ofició la Misa el 7 de agosto de 2014 en conmemoración a los diez años de la partida de este mundo de la sierva de Dios María Esperanza de Bianchini, en la capilla del Cementerio del Este. En entrevista expresó haber visitado desde los años ’80 el Santuario de Betania todos los primeros jueves de cada mes para venerar a la Virgen María, Reconciliadora de Todos los Pueblos y comentó: “María Esperanza sembró en cada corazón a la Virgen que llamamos en el rito oriental la ‘Theotokos’, la Madre de Dios. Entonces, basta con decir esto de ella: Nos ha hecho amar mucho, más que cualquier otra persona que hayamos conocido, la ternura de la Virgen María.”
Sacerdotes provenientes de Italia y Estados Unidos vinieron especialmente para honrar su recuerdo y concelebraron este acto litúrgico en compañía de varios sacerdotes venezolanos. Como siempre, la Coral Betania dirigida la profesora María Auxiliadora Bianchini de León acompañó esta Eucaristía con sus cantos, junto a tantos familiares, amigos, y conocidos de la sierva de Dios. Alrededor de sesenta peregrinos provenientes de las comunidades de Betania de Estados Unidos, Argentina, Perú, Islas Caimán, entre otros visitantes, viajaron al país para participar de estos actos conmemorativos, que se caracterizaron por una masiva asistencia. La asistencia fue masiva con venezolanos y sesenta peregrinos de las comunidades de Betania de Argentina, Estados Unidos, Islas Caimán y Perú, es decir de Betania: I, II, III, V, VI, VII, X, XI y XIV.
El padre Timothy Byerley expresó que ella siempre llevó una vida en total conformidad y obediencia con la Iglesia católica y no podía considerar devoción a Dios sin amar la madre Iglesia. También hizo una declaración a los medios: “El mundo está dividido de muchas maneras y aquí en Venezuela brotó una flor que se llama María Esperanza para anunciar el mensaje de la reconciliación y es la solución de los problemas en las familias, en este país, en todo el mundo. Por eso es un mensaje de gran importancia en este momento.”
Su viudo, el Sr. Geo Bianchini, recordó que se está en este mundo para ganar almas para Dios y evangelizar.
Con este fin la Madre de Dios invitó a seguir al Señor en las bodas de Caná y lo sigue haciendo en sus apariciones en Betania: “Más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino.’ Jesús le respondió: ‘Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora.’ Pero su madre dijo a los sirvientes: ‘Hagan lo que él les diga’ (Jn 2, 1-5).”