1995

Viviendo el amaos los unos a los otros en 1995

 

La tierra del Gran Cañón en Estados Unidos fue el hermoso escenario para la primera misión de la Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini en 1995. Todo empezó en Phoenix, Arizona del 27 de abril al 8 de mayo respondiendo a una invitación de “Los amigos de Kateri” hecha por el Obispo, Monseñor William Gomes y la Flia. Mc Cauley. Fue en Mount Claret Retreat Center donde hubo la celebración de la primera Santa Misa de la misión con la participación de la Coral Betania, la cual fue seguida por un cálido discurso de la Sra. María Esperanza. Al día siguiente, tuvo la enorme deferencia de ser invitada a pronunciar la homilía durante la Santa Misa en la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, después de que Mons. Gomes expresara, entre otras cosas: “Yo sé que San Juan de la Cruz dijo que la revelación que nos dio Jesucristo para las salvación estaba contenida en los cuatro Evangelios y que no necesitábamos más signos, pero yo digo y ustedes dicen, que en este mundo de incredulidad del presente, estos signos y maravillas se están dando por el deseo del Señor, a través de la Santísima Virgen y otros instrumentos merecedores de esta gracia.” La Sra. María Esperanza dio una entrevista grabada para la televisión y compartió un sentido mensaje de reconciliación en la Iglesia de Santa Catherina de Siena acompañada por los cantos de la Coral Betania y de un grupo de mariachi. El 1° de mayo, día del magno evento en Arizona, la Sra. María Esperanza se presentó en el Grady Gammage Memorial Auditorium siguiendo un hermoso programa que comenzó con el rezo del santo rosario, y continuó con la representación escenificada de la vida de la Beata Kateri Tekakwitha, una ofrenda floral y coronación de la Virgen Milagrosa, la celebración de la Santa Misa, palabras de presentación de la Sra. María Esperanza por parte del periodista Michael Brown, canto de la Coral Betania, discurso de la Sra. María Esperanza, discurso del Padre Santan Pinto y bendición con el Santísimo Sacramento del altar. Bajo un nuevo sol, la naturaleza abrió sus brazos con el majestuoso Gran Cañón para los misioneros venezolanos quienes estaban en la grata compañía del Padre Theo Fuentes, el Padre Alberto Ruiz y la Flia. Mc Cauley. Finalmente, se culminó la visita a Arizona desde Mount Claret con la hermosísima concelebración de la Santa Misa y con las reflexiones de agradecimiento y despedida de la Sra. María Esperanza.

Auriesville, Nueva York fue el segundo punto de encuentro con el pueblo estadounidense durante este año. La Sra. María Esperanza visitó la Iglesia Nuestra Señora de los Mártires donde se adoró al Santísimo Sacramento del altar y se rezó a los mártires Isaac Jogues, Goupil, Lalande y a la Beata Kateri Tekakwitha cuya imagen sería inaugurada el 7 de mayo con la asistencia de la Sra. María Esperanza y de cientos de feligreses. Allí, la Sra. María Esperanza tuvo un muy emotivo encuentro con un grupo de seis sacerdotes, después de lo cual hubo una Misa privada concelebrada por ellos. Durante la homilía, el Padre celebrante hizo notar que los santos dejaban traspasar la luz como lo hacían los vitrales de la Iglesia y como ocurría en la persona de la Sra. María Esperanza, dijo que a través de ella se veía la luz de Dios, que se veía su amor. Llegado el día esperado, se congregaron centenares de personas en la Iglesia Nuestra Señora de los Mártires quienes unidos por el amor a Dios y la esperanza de un futuro fraternal rezaron el santo rosario, participaron en la Santa Misa oficiada por el Padre John Paret, escucharon la intervención de la Coral Betania, las palabras de presentación de Michael Brown a la Sra. María Esperanza, el discurso de la Sra. María Esperanza, el testimonio del Sr. Casey Hulick y presenciaron la entrega de un homenaje de flores y medallas a los esposos Bianchini.

En julio, Suramérica acogió, en misión pública, por vez primera a la Sra. María Esperanza en otros países hermanos de Venezuela. Lima, Perú, con la insignia Una misión de amor y reconciliación la recibió del 12 al 20 de julio de 1995 invitada por el Arzobispo Augusto Cardenal Vargas Alzamora, el Padre Adriano Pacífico Tomasi, la Flia. Succar y la Flia. Agois. En este país hermanado por el Libertador Simón Bolívar, la visita de la Sra. María Esperanza estuvo caracterizada por la asistencia a hermosas Misas, conferencias y recorridos por distintos lugares religiosos de la capital, tales como, el Convento de Santo Domingo donde vivió Fray Martín de Porres y a la Iglesia Santa Rosa de Lima. El emocionante compartir con 3.000 feligreses comenzó el sábado, 15 de julio en el Estadio San Miguel Arcángel de Maranga, después de unas cálidas palabras de bienvenida del Padre Manuel Rodríguez, de la intervención del Sr. Geo Bianchini, del Dr. Cava, de la participación de la Coral Betania, lo cual sirvió de preámbulo para el primer discurso de la Sra. María Esperanza en Perú.

Al mediodía hubo un almuerzo en el Lima Sheraton Hotel & Towers donde se descubrió el milagro de bilocación que le había ocurrido a la Sra. María Esperanza en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima la noche de su llegada, el 12 de julio. Ocurrió que la noche que ella llegó fue recibida en el aeropuerto por la Sra. Katheleen de Chebly y por la Sra. Nilda de Agois y de inmediato fue conducida al hotel. Es importante saber que la Sra. María Esperanza en el aeropuerto de Venezuela antes de salir a Perú, quiso entregarles unas estampitas a unos jóvenes y no pudo porque no tenía ninguna. Sin embargo, el día viernes, 14 de julio, unos amigos suyos, quienes recién habían llegado a Lima, se pusieron a conversar en el aeropuerto con una mujer policía de baja estatura, semblante peruano y mirada muy afable. Ella les preguntó si venían de Venezuela, y si eran parte del grupo que había llegado el miércoles 12 con la Sra. María Esperanza. Asintiendo le hablaron de la Sra. María Esperanza y de las apariciones de la Virgen en Betania. La señora policía dijo que recordaba muy bien “a la señora del sombrerito” porque se había dedicado a conversar con todos por aproximadamente dos horas, agregó que le habló a cada uno acerca de sus problemas y que al despedirse le regaló a cada persona una estampita de la Virgen de Betania; que ella sabía que la señora ya no esperaba a nadie porque quien la venía a buscar ya estaba con ella, sin embargo, estuvo todo ese tiempo con ellos hasta altas horas de la noche, y concluyó diciendo: “Fue como un acto de caridad para con nosotros. Fue bello.”
Dentro de este marco sobrenatural, la Sra. María Esperanza fue entrevistada por el Canal 7 y por Radio María; y ofreció unos discursos preciosos, acompañada por la Coral Betania, en el auditórium del Colegio Juan XXIII, en Miraflores y en la Iglesia María Reina después de una hermosa Misa oficiada por Monseñor Rosca.

De inmediato, la Sra. María Esperanza y su grupo se trasladaron del 20 al 25 de julio de 1995 a Guayaquil, Ecuador, otro país hermanado por lazos comunes en la historia de su libertad, invitados por Movimientos marianos del Ecuador en las personas de Su Eminencia, el Cardenal Bernardino Echeverría y la Flia. Bucaram. A sólo horas después del aterrizaje, en un salón del Hotel Oro Verde, atendió entrevistas de los Canales 2 y 12 para los programas “Complicidades” y “Joao y Priscilla” respectivamente, así como del periódico “El Universo” y la revista “El Vistazo”. En los días sucesivos, visitó el monumento a Sucre y a San Martín, se dirigió a los presentes después de la Santa Misa en el Coliseo del Colegio Javier; se reunió con un grupo numeroso de seminaristas; después de concluida la Santa Misa oficiada por Monseñor Cuadrado, en la capilla del Colegio San José de la Salle fue invitada al altar para que se dirigiera, por última vez, al pueblo ecuatoriano que se había congregado allí deseoso de conocerla y escucharla; contestó preguntas muy interesantes en una reunión con los miembros de “Movimientos marianos del Ecuador”; y, visitó el santuario de la beata Narcisa de Jesús.

Con el corazón rebosante de júbilo, la Sra. María Esperanza acompañada por un grupo de 40 personas llegaron a Tierra Santa, la tierra que vio nacer a Nuestro Señor Jesucristo, para luego visitar la base de la cristiandad, la eterna ciudad de Roma. Todo esto tuvo lugar durante el mes de noviembre, específicamente del 3 al 23, gracias a la iniciativa del movimiento “As the Spirit Leads” dirigido por la Flia. Mariani. Para conocer los sitios visitados hay que nombrar, siguiendo el recorrido realizado en Jerusalén: la Iglesia del Padrenuestro, el Huerto Getsemaní, la Iglesia de Santa Ana donde están sus restos y los de San Joaquín, el Muro de los Lamentos, la Vía Dolorosa y la Iglesia del Santo Sepulcro. El ambiente se espiritualizaba aún más con las hermosas palabras de afecto y de reflexión que diariamente la Sra. María Esperanza le dirigía al grupo a través del micrófono del autobús.

El 7 de noviembre el grupo partió a Belén. Allí, en la Iglesia de la Natividad – y en todos los sitios de encuentro – hubo la celebración de la Santa Misa con el grupo de norteamericanos de la Flia. Mariani oficiada por los Padres: Joe Griffin, Peter Rookey y Wallace, la cual contaba con la participación de la Coral Betania. Luego, en la Iglesia San Juan el Bautista, la Sra. María Esperanza pronunció su primer discurso público a los norteamericanos y a todos los presentes. Esa noche y la mayoría de ellas eran dedicadas a hacer reuniones para conversar acerca de la importancia del sitio y del viaje.

Betania, aquel lugar trascendental para todos, recibió a la Sra. María Esperanza con un ambiente especial y maravilloso. En la Iglesia de San Lázaro se celebró la Santa Misa, seguidamente, se visitó la famosa Casa de Lázaro, Marta y María, y cuando se bajó a la Tumba de Lázaro la Sra. María Esperanza pronunció unas muy importantes reflexiones. Para completar el día, el retorno a Jerusalén se hizo pasando por el Mar Muerto. Al día siguiente, en un amplísimo salón del Hotel Renaissance la Sra. María Esperanza dio un hermoso discurso a los miembros de ambas peregrinaciones.

En Monte Sion se visitó la Abadía de la Dormición; luego, el Cenáculo, lugar de aquella memorable Última Cena, donde la Sra. María Esperanza pronunció unas sentidas palabras. Al salir se bajó a la Tumba del Rey David que se encuentra ubicada debajo del Cenáculo. Allí ocurrió un hecho muy singular e increíble: Un señor mayor con rasgos hebreos entró repentinamente pasando por una reja que separaba a los visitantes de la tumba del Rey David, quitó el gran manto de la tumba y descubrió la caja de madera antiquísima donde reposan los restos del Rey. Entonces, pidió que pasara la Sra. María Esperanza, quien se arrodilló al lado del cajón de madera, puso la cabeza por tierra y besó la tumba. La guía comentó que nunca había presenciado un hecho semejante. Luego, vino otro señor que llevó a la Sra. María Esperanza a un pequeño cuarto contiguo a la sala donde estaba la tumba y encendió una vela que le entregó mientras rezaba en hebreo. Para despedir a Jerusalén, se fue al mirador frente a la Universidad Hebrea para disfrutar de una magnífica vista final de la ciudad. De allí, se atravesó Jericó para apreciar el pueblo y el Monte de la Tentación y se pasó por la frontera de Jordania hasta llegar al Mar de Galilea.

El sábado, 11 de noviembre se salió en la mañana a uno de los días más bellos del viaje. Se fue al Lago de Tiberiades donde todos se embarcaron en un barco de regular tamaño comandado por dos tripulantes, en el que se paseó por el lago. Una vez en el centro del mismo, el capitán apagó los motores para apreciar el paisaje en plenitud y poder escuchar, envueltos en una gran paz, las hermosas palabras de la Sra. María Esperanza inspiradas por Jesús y la Virgen. De regreso al puerto, se desembarcó y directamente se entró en un cuarto especial del Museo Beit Igal Alon para ver la famosa barca de Jesús de la que el grupo tenía conocimiento por una visión y experiencia mística de la Sra. María Esperanza, que había tenido recientemente en Betania, Venezuela. La barca la observaron sumergida en una solución tibia de cera sintética. Luego, se pasó a un salón para ver un video donde se explicaba el hallazgo de la barca. Después de ver la película el grupo se percató de varios hechos resaltantes: En primer lugar, se había descubierto una barca que de acuerdo a pruebas realizadas correspondía a la época de Jesús y casualmente la Sra. María Esperanza había tenido una visión de una barca que ella aseguraba era de Jesús; y, en segundo lugar, habían cubierto la barca con polietileno para que no se desmoronara y la Sra. María Esperanza había sentido que tenía que soplarle espiritualmente a dicha barca para que no se desmoronara y todos pudiesen embarcarse en ella. A horas del mediodía hubo la celebración de la Santa Misa en el Monte de las Beatitudes o de las Bienaventuranzas con los norteamericanos en una preciosa capilla al aire libre con vista al lago. La Coral Betania interpretó algunas canciones y al finalizar la Sra. María Esperanza le dirigió unas bellas palabras a los presentes. La tarde fue para recorrer en Nazaret la Iglesia de la Anunciación donde se visitó la casa de la Santísima Virgen y el lugar donde el Arcángel Gabriel le anunció su concepción. Un padre español franciscano salió al escuchar los cantos de la Coral Betania y complacido con la Sra. María Esperanza y su familia abrió las puertas del altar para que todos pasaran.

Las aguas del río Jordán bañaron y renovaron a todos una vez que la Sra. María Esperanza diera su maternal bendición con aquellas aguas maravillosas. Monte Tabor ofreció su belleza para que se celebrara la Santa Misa en la Basílica de la Transfiguración y los presentes pudieron escuchar un mensaje lleno de amor de parte de la Sra. María Esperanza. Cafarnaum mostró la sinagoga que el Centurión mandó a construir para que Jesús predicara y la hermosa Iglesia construida sobre la casa de Pedro Apóstol. Para finalizar el día, Tabgha multiplicó las esperanzas de todos en la Iglesia de la Multiplicación de los Panes cuando todos besaron la piedra sobre la cual tuvo lugar el hecho milagroso de la multiplicación de los panes y peces.

En Haifa la visita fue al Monasterio “Stella Maris” y en Tel Aviv se conoció la Iglesia de San Pedro donde, a manera de cierre, hubo la celebración de la Santa Misa, unas hermosísimas palabras de despedida que la Sra. María Esperanza dirigió a todos, así como un compartir de su parte de manera particular con cada uno de los presentes mientras la Coral Betania también se despedía con sus cantos.

Roma acogió con su majestuosidad el sentir de eterno compromiso cristiano que se había desarrollado aún más en Tierra Santa. Para festejar ello el jueves, 16 de noviembre hubo la Santa Misa oficiada por el Padre Higgins en un salón del Hotel Michelangelo con los norteamericanos del grupo de la Hermana Margaret Sims. En esta ocasión ella no pudo ir en peregrinación, por lo que estaban como organizadoras Carol Cohoon y Rose Finnegan. La Coral cantó y al finalizar la Misa, la Sra. María Esperanza le dirigió unas palabras a los presentes y los llenó de lindos regalitos que traía de Israel. Durante la estadía en Roma se visitó la Basílica de San Pedro; el lugar donde se conocieron los esposos Bianchini; distintos monumentos; la playa Ostia, donde la Sra. María Esperanza pasó su luna de miel; la Iglesia de Santa Ana; el Lago di Bracciano; el Instituto Rabasco; la Iglesia y sede principal del Opus Dei donde se visitó la tumba del Beato Padre José María Escrivá de Balaguer y se participó en la Santa Misa en la Capilla; y, se tuvo el honor de acompañar al Santo Padre, Juan Pablo II, en el rezo del Ángelus y de recibir su paternal bendición.

Este año de arduo trabajo público para la Sra. María Esperanza culminó con la celebración de su cumpleaños, lo cual fue muy apropiado porque su trabajo siempre fue para dar vida, para reavivar la fe en la vida del hombre, para compartir la buena nueva del Señor y de su Madre del “amaos los unos a los otros”, y para celebrar el goce de ser parte de la gran familia de Dios.