Llevando el mensaje de una Madre en 1991
Todo comenzó un día en el cual la Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini recibió una carta enviada por el presidente del Rotary Club de Maracaibo, Dr. Dennis Schmilinski, invitándola para llevar el mensaje de la Virgen Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones al pueblo zuliano; ella dijo que la carta la había conmovido mucho y que las palabras del Dr. Dennis le parecían muy sinceras. La Sra. María Esperanza aceptó la invitación y le pidió a los miembros de la Fundación Betania que se preparan, pues, iban de peregrinación al Zulia.
El 22 de octubre de 1991 salieron hacia Maracaibo a las 8:30 de la mañana 100 personas pertenecientes a la Fundación Betania. Las gratas experiencias comenzaron en el aeropuerto. Gran parte del personal de la línea aérea Aeropostal, unas monjitas, el Dr. Dennis, la Sra. Connie Chumaceiro junto a otros organizadores del evento y del Canal 2 de Maracaibo salieron a la zona de desembarque para recibir con muchas flores y aplausos a la imagen de la Santísima Virgen, bajo la advocación de María Virgen y Madre Reconciliadora de los Pueblos que acompañaba a la Sra. María Esperanza, su familia y demás miembros de la Fundación Betania. La emoción se acrecentó aún más cuando todos se percataron que un profundo olor a rosas invadió el lugar.
La primera visita del grupo fue al Obispado donde estaba el Arzobispo, Su Excelencia, Monseñor Domingo Roa Pérez. De allí, fueron llevados al restaurante El Guacamayo donde el grupo de gaitas Los Galenos esperaba a la Sra. María Esperanza para interpretarle un bellísimo tema dedicado a la Virgen Reconciliadora de los Pueblos, a ella y a Betania. La alegría en el ambiente hizo que terminaran todos parados cantando y bailando.
A las 5:00 de la tarde la Basílica de la Virgen de la Chiquinquirá estaba totalmente llena de feligreses, éstos asistieron al rezo del santo rosario y a una gran Misa concelebrada, en la cual se unieron estas dos advocaciones: la Chiquinquirá y la de Betania. La Virgen Reconciliadora de los Pueblos entró en procesión junto a la Sra. María Esperanza custodiada por la policía, mientras la Coral Betania interpretaba hermosos cantos; colocaron la imagen sobre el altar para así dar comienzo al rezo del santo rosario dirigido por la Sra. María Esperanza, quien lo ofreció con gran sentimiento recordando las innumerables intenciones y necesidades de todos. Monseñor Domingo Roa Pérez, durante la homilía, insistió mucho en la necesidad de estar todos unidos en un solo corazón, una sola alma, una sola mente. Estas palabras conmovieron a los miembros de la Fundación Betania de manera especial porque fueron exactamente las palabras que la Sra. María Esperanza les había dicho antes de salir de viaje.
Durante la Comunión una señora le entregó a la Sra. María Esperanza su hijo que tenía parálisis cerebral para que lo tocara, ella lo tomó y comenzó a abrir y cerrar la boca para que él hiciera lo mismo, y fue sorprendente ver cómo el niño la imitaba y cómo cuando le entregaron de nuevo al niño a la madre éste estaba totalmente lleno de escarcha. Luego, se acercó un niño con cáncer quien tenía una actitud muy triste, la Sra. María Esperanza lo vio, le habló y el niño se transformó totalmente, estaba feliz, con sus muletas saltaba gozoso. Así comenzaron a desfilar cantidad de niños enfermos con los que compartió con mucho amor.
Luego, Monseñor Domingo Roa le pidió a la Sra. María Esperanza que le ofreciera al pueblo zuliano su discurso que invitaba a la reconciliación.
El miércoles 23, visitaron al Centro de Pesquisa de la Liga Anticancerosa del Estado Zulia, su director expresó: “La presencia de todo este público, de esta gente les da a ustedes una idea de los beneficios que va a tener la visita de la Sra. María Esperanza de Betania, porque hay mucha gente aquí con fe y nosotros como médicos sabemos que la fe es un elemento fundamental para lograr la curación, para lograr el beneficio de cualquier persona enferma, no solamente por medicamentos, sino por ese deseo de vivir que debe tener la gente. Por eso, nosotros estimamos mucho la presencia de ella aquí, nos complace y le damos la bienvenida.” Allí, consoló a una señora que se le acercó llorando, le habló a un grupo de enfermeras y médicos, así como a varios grupos de personas que se encontró en su recorrido por el centro.
Visitaron también a los niños con cáncer en el Hospital Universitario, donde la Sra. María Esperanza con inmenso amor compartió con los niños enfermos y les repartió medallitas de la Santísima Virgen. Al llegar, también le habló a un grupo de niños y adultos.
Luego, hubo el encuentro con 800 jóvenes de las escuelas parroquiales y privadas en el Teatro Niños Cantores. Los niños y jóvenes le cantaron a la Sra. María Esperanza y luego ella les dejó sus palabras de orientación y guía.
A las 5:15 de la tarde fue el rezo del rosario y la Santa Misa en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario donde Monseñor Jesús Hernández Bracho le solicitó a la Sra. María Esperanza que hablara durante la homilía de sus experiencias con la Virgen.
Después, hubo una cena de gala en el Club Náutico de Maracaibo. En su alocución, el Dr. Dennis pidió a la Sra. María Esperanza que con su presencia como intermediaria de la Virgen, le rogara que iluminara a todos los gobernantes y a los miembros del Rotary Club para cumplir mejor su misión. Seguidamente, la invitó a que dirigiera un sentido mensaje a los presentes. Por su parte, el Arzobispo de Maracaibo, Monseñor Domingo Roa Pérez, expresó en una entrevista que le hizo el Canal 4 de Venezuela: “Un pueblo que tiene dificultades en las cuales las corrientes adversas tratan de crear un clima de malestar, la Virgen se está manifestando de mil maneras; por lo tanto, la visita de la Sra. María Esperanza y los actos que se han tenido con motivo de la venida de ella, han sido una renovación de la fe en el Zulia. El acto que se tuvo en la Basílica fue realmente extraordinario, un fervor, un recogimiento, un sentimiento de amor a la Virgen y de fraternidad cristiana. En este momento yo quiero llamar al pueblo zuliano a que se una, a que se superen las diferencias de grupo para formar un solo corazón y una sola alma.”
El jueves 24, se salió a las 8:00 de la mañana al Barrio de la Etnia Guajira, allá ansiosos esperaban a la Sra. María Esperanza quien al llegar alimentó a todos con su palabra, con su generosidad, con su bondad, con su ternura y con su sencillez; y en agradecimiento el pueblo indígena le hizo un baile en su honor. Prosiguieron hacia PEQUIVEN, cruzaron el puente sobre el lago y al llegar a El Tablazo la primera experiencia fue escuchar el testimonio de uno de los trabajadores quien tuvo un infarto el 22 de diciembre de 1990 y su hermana, que fue para Betania, le trajo agua de la gruta, él la bebió por varios días consecutivos y cuando lo operaron los médicos se sorprendieron, pues, no esperaban que la operación tuviese tanto éxito.
Continuaron su camino hacia Cabimas, experimentaron el fenómeno del sol girando durante el trayecto. En Cabimas las campanas de la Iglesia Nuestra Señora de Altagracia repicaban sin parar y multitud de personas cantaban: “¡Ave María!” Desde las 3:00 de la tarde esperaban la llegada de la imagen de la Virgen Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones así como de la Sra. María Esperanza, pero fue a las 7:00 de la noche, después de un largo recorrido lleno de amor de un pueblo cuando se pudo llegar. El sacerdote extendía sus brazos con gran alegría mientras entraban las invitadas de honor y todos gritaban con gran entusiasmo: “¡Que viva la Virgen, que viva la Virgen y bienvenida María Esperanza, bienvenida!”
La Santa Misa fue concelebrada por Monseñor Luis Raúl Sandoval y Monseñor José Omaña, siendo éste último quien invitó a la Sra. María Esperanza a compartir sus experiencias espirituales con todos los presentes.
El viernes, 25 fue el regreso del grupo de la Fundación Betania a Caracas. Muchos de los marabinos que participaron de los eventos fueron a despedirse al aeropuerto; y así con su dulce rostro y mirada llena de amor, la Santísima Virgen Reconciliadora de todos los Pueblos les dejó su mensaje en Maracaibo a través de su intermediaria la Sra. María Esperanza.