
El 31 de enero de 2010 en la Catedral de San Francisco de Asís de Metuchen, en Nueva Jersey, EE. UU. situada a 45 kilómetros de Nueva York, se llevó a cabo la apertura de la causa de beatificación y canonización de la mensajera de la Virgen de Betania, Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini.
La catedral alberga 1000 personas, pero para este acto oficial no se dio a basto, por lo que tuvieron que habilitar un centro aledaño con pantalla gigante para las más de 400 personas que deseaban participar en aquel magno evento.
El Obispo de Metuchen, Su Excelencia Monseñor Paul Bootkoski abrió el proceso declarando que existían suficientes motivos para la apertura de la causa de María Esperanza, madre de siete hijos, quien desde los cinco años de edad tuvo revelaciones celestiales, visiones del porvenir, el don del entendimiento, el don de curación, la capacidad de leer los corazones, los estigmas y emanación de aromas a santidad, entre otros carismas. “A lo largo de su vida, María Esperanza fue un ejemplo extraordinario de humildad, esperanza y amor incondicional.”
Con la presencia de 2 obispos y 43 sacerdotes y se llevó a cabo una Misa solemne a las 3:00 de la tarde, con la participación de la Coral Betania de Venezuela. Los 67 miembros de la coral están conformados por todos los hijos y respectivos esposos de la Sra. María Esperanza, así como por sus nietos e hijos espirituales. De Venezuela más 160 personas se trasladaron a Nueva Jersey para asistir a este acto donde muchos sacerdotes y laicos de Estados Unidos, Canadá, Islas Caimán, Perú, Ecuador, Argentina e Italia se hicieron presentes.
Su Excelencia, Monseñor Paul Bootkoski inició la celebración expresando: “Hermanos y hermanas, nos reunimos como personas llenas de fe en la creación del Señor y su gente maravillosa. Creemos que Dios nos da hombres y mujeres como ejemplos para mostrarnos el camino al Señor. Hoy comenzamos la causa de María Esperanza, una mujer de fe; y nosotros rogamos desde esta comunidad que Dios la reconozca a través de su Iglesia como una de sus santas; y qué mejor momento para celebrar la Eucaristía.”
Por su parte, el vice-postulador, el Padre Timothy Byerley, durante la homilía afirmó: “Nos sentimos profundamente tocados por los caminos de la divina providencia y continuamos sintiéndonos elevados por la vida de María Esperanza. Han pasado cinco años, cinco meses y tres semanas y media de su partida de esta vida en el estado de Nueva Jersey y aquí estamos abriendo la causa de beatificación y canonización de María Esperanza. […]. El primer reconocimiento va al Obispo Bootkoski por su discernimiento episcopal, su aprecio por la Iglesia universal, y por haberse dado cuenta de la importancia de la unión de la familia. De su profundo análisis sobre la vida y trabajo de la Sra. María Esperanza, llegó a la conclusión de que esta causa debía ser abierta.
“La Sra. María Esperanza siempre tuvo y tiene un tremendo amor por los sacerdotes y esto no tenía que ver en lo absoluto con sus personalidades, si eran carismáticos o no, ella simplemente veía a Cristo en ellos. Entre sus dones, tenía esa habilidad espiritual de ver el alma del sacerdote. Ella siempre trató a todos los sacerdotes con inmensa dignidad, un inmenso respeto y un gran afecto. Ella de verdad se sentiría profundamente feliz de ver esta presencia masiva de sacerdotes aquí; y debemos destacar que esta causa está siendo abierta justamente en el año del sacerdocio. La Sra. María Esperanza siempre insistió en la importancia de amar a nuestra Iglesia.”
Su Excelencia Monseñor Bootkoski antes de juramentar a los miembros responsables y de los distintos comités, recordó la importancia que tiene este proceso para la Iglesia: “Hermanos y hermanas, esta tarde recordamos la importancia que tienen los santos para la vida de la Iglesia. Cuando ésta beatifica o canoniza a uno de los fieles, lo hace por varias razones.
“Cuando estudiamos y reflexionamos con detenimiento la vida de aquellos que siguieron a Cristo nos sentimos motivados de ver lo que se avecina; aprendemos el camino que nos permite obtener una unión total con Cristo de una de las formas más seguras; cuando luchamos con nuestros problemas conseguimos consuelo en estos amigos y co-herederos de Cristo, nuestros benefactores, que incesantemente interceden por nosotros y se unen a nosotros en una comunión maravillosa.
“Hoy recordamos de manera especial una bendita seguidora de Cristo y una ejemplar mujer laica, la Sierva de Dios María Esperanza Medrano de Bianchini. María fue una mujer grande y humilde escogida por la divina providencia para llevar el mensaje de amor, reconciliación y unión familiar. Mientras comenzamos el proceso de investigación de su vida, virtudes y reputación de santidad, recordemos la misericordia de Dios para con todos los que llevan la carga del sufrimiento, y de nuestro propio llamado a ser instrumentos de su amor y su paz.
“Oh Dios, fuente de toda gracia y santidad, mira con amor a los siervos que van a investigar la vida, virtudes y reputación de la santidad de María Esperanza.”
El abogado italiano, Dr. Andrea Ambrosi, postulador de la causa quien se juramentó en la ceremonia, explicó que una vez que se abre la causa al candidato se le comienza a llamar “siervo de Dios”, al probar su virtud se le declara “venerable”, para su beatificación se necesita un milagro y un segundo para subir a los altares.
El Sr. Geo Bianchini, viudo de la Sra. María Esperanza, cerró el acto agradeciendo la labor de Su Excelencia Monseñor Bootkoski, del postulador Dr. Ambrosi, del vice-postulador Padre Byerley y de todos los involucrados con el proceso; y recordó la importancia del mensaje dejado por la Sra. María Esperanza sobre la formación de una familia nueva, con seres nuevos que se amen, pero muy especialmente que amen a Dios Padre: “Está llegando ese tiempo maravilloso, la presencia de Dios con nosotros, además de la presencia de su Hijo todos los días en la Eucaristía. Nuestro Padre quiere unirse con nosotros definitivamente, ese es el mundo que estamos esperando y la misión de María Esperanza se consolidó en esos conceptos: la renovación del mundo. Tenemos el ejemplo de sus palabras; guardemos ese tesoro dentro de nosotros, para que lleguemos a ser seres nuevos como Dios desea que lleguemos a ser. Un mundo nuevo nos espera, confiemos plenamente que llegará ese amor tan esperado; yo soy el primero que a través de los mensajes que llegaban a María Esperanza me pude compenetrar con esa gracia divina, ese fue mi alimento que me acompañó durante esos años. Gracias por haber venido a acompañarnos en este día. Que Dios los bendiga a todos.”
Por favor, reportar los milagros recibidos a través de la intercesión de la Sra. María Esperanza escribir a corom3@gmail.com