Antes de su gloriosa Ascensión al cielo, en Cuerpo y Alma, los apóstoles le dijeron a Jesús:
“Quédate con nosotros, Señor”
Y con estas palabras respondió Jesús:
“Permaneceré con ustedes hasta el final de los tiempos”
Esta hermosa promesa, hecha por Nuestro Señor Jesús a sus apóstoles, se ha cumplido con divina perfección en la vida de los santos. Cada uno lleva como rostro el de Jesús, cada santo ama a la Virgen Santísima con el amor de Jesús, todos ellos no son más que uno en el Señor, todos están dispuestos a derramar su sangre para unirse a la obra redentora de su Maestro, todos aman a su prójimo por encima de sí mismos.
Esa maravillosa sensación de la presencia del Señor en sus amados santos fue la que se vivió durante cuatro hermosos días, del 06 al 09 de noviembre de 2005, en la parroquia de Santa María, en Barnegat Town, un pueblito cercano a las costas de Long Beach Island, Nueva Jersey, E.E.U.U, gracias a la iniciativa del: Padre Cassian Yuhaus (director y organizador del programa “Parish Mission and Renewal”, Párroco Ken Tuzeneu, Padre John Jakub, y Sr. Bernard Karabin junto a innumerables colaboradores de la parroquia. Este lugar es de gran significación para la familia Bianchini y todos los hijos espirituales de la Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini porque desde allí ella partió al cielo el 7 de agosto de 2004.
La Coral Betania, en esta ocasión conformada sólo por diez de sus integrantes, contribuyó de manera especial a crear aún más ese ambiente de espiritualidad tan necesario en esos momentos de profundo encuentro con el Señor.
Este retiro tuvo como objetivo fundamental la renovación de la fe, destacando el ejemplo de algunos santos y personas con fama de santidad que ofrecieron sus vidas completamente al Señor.
El primer día fue dedicado a Su Santidad Juan Pablo II, que por demás está decir fue El Grande. Un sacerdote muy cercano a él, el Padre Anthony J. Figueirido, profesor del Seminario Inmaculada Concepción y de la Universidad Seton Hall, fue quien dio la charla y contó anécdotas inéditas que le llegaron al alma a todos los presentes.
El segundo día fue dedicado a San John Neumann, un santo que nació en 1811 en Bohemia y a pesar de que tuvo muchas dificultades realizó su sueño de ser misionero en los Estados Unidos realizando grandes obras durante su gestión como cuarto Obispo de Filadelfia. El orador de orden de ese día fue el Padre Michael Hopkins, ex director del Santuario Nacional de San John Neumann.
El tercer día fue dedicado al Arzobispo Oscar Romero, un verdadero luchador social que dio su vida como mártir por los pobres de El Salvador, su dramática pero hermosa historia tocó el corazón de todos los presentes. El Padre Robert Pelton, Capellán de la Universidad de Nôtre Dame, fue quien expuso, con gran pasión, los detalles de la vida de este gran hombre de nuestra Iglesia.
Y, para cerrar con broche de oro, el cuarto día fue sobre la vida de la Sra. María Esperanza. Fue realmente emocionante, porque si bien todos los días hubo un lleno total, el día de la Sra. María Esperanza sobrepasó la capacidad de cuatrocientas personas de la Iglesia. Los sacerdotes organizadores calculan que fueron seiscientas personas, de hecho se tuvo que habilitar un área del templo y colocar una pantalla para que el excedente de personas pudiera disfrutar del evento. Comenzó hablando el Padre Cadmus Mazarella, un sacerdote que no sólo es muy cercano a la Sra. María Esperanza y su familia, sino que también fue testigo presencial de hermosos acontecimientos de los que dio testimonio con mucha emoción y un gran sentido del humor. Luego, habló el Sr. Geo Bianchini, esposo de la Sra. María Esperanza, centrando su charla en lo que significó compartir su vida junto a una persona de Dios. Después, cada una de sus hijas, entre ellas: María Esperanza, María Gracia, María Coromoto, María Auxiliadora y María del Carmen, dio su testimonio personal sobre su madre.
Finalizado el encuentro, la familia compartió por un buen rato con todos los presentes quiénes manifestaron de forma espontánea lo hermoso de la vivencia y el inmenso deseo de repetir la experiencia en un futuro cercano.