El domingo, 22 de noviembre de 2009, en Misa Solemne en la Catedral de Caracas dedicada a Cristo Rey y presidida por el Reverendo Padre Juan Carlos Silva, párroco de Catedral, se dieron cita la Coral Betania, miembros de la Fundación Betania, amigos y files en general para alabar y reverenciar al Hijo de Dios, Cristo Rey, y recordar una vez más el cumpleaños de la Sra. María Esperanza de Bianchini.
Culminada la Santa Misa se inició una procesión con el Santísimo Sacramento alrededor de la plaza Bolívar, ubicada frente a la Catedral, para culminar las 40 horas de adoración al Santísimo Sacramento; un oficio piadoso que realizan las parroquias de Caracas durante el año que consiste en 4 jornadas de 12 horas de adoración al Santísimo Sacramento. La Catedral de Caracas las celebra en el triduo preparatorio a la Solemnidad de Cristo Rey, siendo esta celebración la culminación del año litúrgico.
La ceremonia concluyó cuando el Padre Juan Carlos dio una bendición solemne a la feligresía y dirigiéndose a los miembros de la Fundación Betania y de la Coral Betania añadió: “[…] providencialmente hoy celebramos el natalicio de la Madre Esperanza, mujer insigne. Bienvenidos a la Catedral que es la madre y servidora de todas las Iglesias. Vosotros sois una bendición para esta Catedral, son verdadera unidad fraternal.”
Luego, compartiendo un refrigerio, los miembros de la Coral Betania y de la Fundación Betania se reunieron junto al Padre Juan Carlos para recordar el natalicio de la Sra. María Esperanza y la ocasión fue propicia para que algunos miembros de la Flia. Bianchini expresaran unas palabras. Por su parte, el hijo varón de la Sra. María Esperanza y el Sr. Geo Bianchini, Giovanni Bianchini, agradeció la presencia de todos.
María del Carmen Bianchini de León, la menor de los hijos, también agradeció a todos, especialmente al Padre Juan Carlos, en nombre de toda su familia y de su padre, quien se encontraba en Roma, Italia, con algunos de sus hermanos: “Gracias por permitirnos estar aquí en la Catedral de Caracas para esta ocasión y sobre todo con el Santísimo Sacramento que es una dicha inmensa. Y a todos los miembros de la Fundación Betania les digo que, contra viento y marea debemos permanecer unidos con mucho amor y sinceridad, porque nosotros lo único que queremos es su amor sincero y que seamos buenos, generosos. Tenemos que irnos superando para aspirar un puesto en el cielo. En el nombre de mi papá y de mis hermanos les digo que, los tenemos en el corazón y los vemos a todos como nuestros hijos.”
Y la mayor de los hijos, María Inmaculada Bianchini de Gentile, cerró las intervenciones diciendo con gran devoción: “Hagamos una alabanza. ¡Que viva Cristo Rey!” Y respondieron todos a una sola voz: “¡Que viva!”