El pasado 25 de marzo se celebró en la Finca Betania el trigésimo aniversario de la primera aparición de la Santísima Virgen. En esta fecha tan importante, miles de fieles se acercaron con fe y devoción a ese lugar de oración, ubicado entre Cúa y San Casimiro, en el estado Miranda. Desde varios días previos, la Iglesia, el Movimiento de Espiritualidad Betania y la Gobernación del Estado Miranda estuvieron dedicados a los preparativos para esta celebración especial.
El 25 de marzo de 1976, 30 años atrás, tuvo lugar la primera aparición de la Madre de Dios en Betania, cuando a las 8:00 de la mañana la Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini vio la imagen de la Virgen María aparecer cerca a la caída de agua. Esta aparición de la Virgen como María, Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones fue aprobada por la Iglesia en el año de 1987, y es un de las cuatro apariciones aprobadas por la Iglesia en el siglo XX.
La devoción por la Virgen llevó a miles de personas a una vigilia que se inició el día 24 a las 7:00 p.m. y se prolongó hasta la tarde del día 25. Se hizo la adoración al Santísimo Sacramento del altar de 11:00 p.m. a 1:00 a.m. acompañados por el grupo coral carismático de la California Norte, con un espíritu de recogimiento general que reflejaba el absoluto silencio en el lugar. A la media noche, todos encendieron unas velitas y acompañaron al sacerdote y grupo musical en los cantos festivos en honor a Jesús en el Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen en su aniversario.
Luego, del amanecer del día 25 se llevaron a cabo tres celebraciones Eucarísticas más a las 10:00 a.m., 12:00 m. y 2:00 p.m. Esta última Misa fue acompañada por los cantos de la Coral Betania, que adornó la solemnidad con un racimo de bellas interpretaciones de piezas clásicas y litúrgicas.
La vigilia y el día de la celebración fueron caracterizados por un gran espíritu de oración y meditación por parte de los feligreses que se acercaron al lugar desde puntos muy distantes de nuestro país y de diferentes países del continente, como las Islas del Caribe y los Estados Unidos, que aprovecharon esta especial festividad para elevar sus oraciones a la Madre de Dios por sus intenciones personales y por el mundo entero.