A SIETE AÑOS DE LA PARTIDA DE LA SIERVA DE DIOS MARÍA ESPERANZA DE BIANCHINI

Después de transcurrir siete años de su partida, el recuerdo de esta sierva de Dios dedicada a propagar el Evangelio sigue vivo. Su inmenso amor por la Iglesia y sus pastores sigue resonando en las mentes de los que la escucharon en Venezuela y otros países del mundo, donde llevó el mensaje esperanzador de la paz y la reconciliación entre los pueblos y naciones.

Su infinito respeto y amor a la Eucaristía sigue encendiendo los corazones de amor por nuestra Iglesia y sus representantes, el Papa Benedicto XVI y los sacerdotes.

Este domingo, 7 de agosto de 2011, se conmemoró el 7° aniversario de la partida de la mensajera de la Santísima Virgen María Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones, sierva de Dios María Esperanza de Bianchini.

Con cantos de la Coral Betania, bajo la dirección de la profesora María Auxiliadora Bianchini de León, se llevó a cabo una Misa a las 3:00 de la tarde en la Capilla del Cementerio del Este, en Caracas. El acto litúrgico fue oficiado por el vice postulador de la causa de beatificación y canonización de la Sra. María Esperanza, el Padre Timothy Byerley, y concelebrada por el Padre Agustín Michael Esposito de la orden agustina en Nueva Jersey, EE.UU; el Padre Gustavo Puleo de la Iglesia de San Patricio en Norristown, Pensilvania; el Padre Cadmus Mazzarella de la Diócesis de Camden en Nueva Jersey; el Padre Christopher Markellos de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz en Williamstown, Nueva Jersey y el Padre Juan Carlos Silva, párroco de la Catedral de Caracas, Venezuela, y el Padre Rosendo Díaz González, Capellán de la Capilla del Cementerio del Este.

Durante su homilía, el Padre Byerley citó de manera especial el ofrecimiento que la Sra. María Esperanza le hizo a Dios de su vida por la del entonces Papa Juan Pablo II: “Esto hay que entenderlo como algo de un alto nivel de espiritualidad, lo hemos visto en la vida de otros santos que han ofrecido sus vidas por la Iglesia o por ciertos papas en particular. Cuando María Esperanza hizo este ofrecimiento Dios la escuchó y ella también comenzó a sufrir el Mal de Parkinson.” También comentó que pese a este deterioro en su salud ella continuó su misión en los Estados Unidos, desde donde debido a su condición no pudo regresar a Venezuela y pasó sus últimos 8 meses en Long Beach Island. Allí con una simple mirada y con una sonrisa logró conquistar muchísimas almas para Dios entre las enfermeras, médicos y policías que conoció. Explicó que a diario se celebraron Misas y se rezó el rosario, tanto en su casa como en el hospital las veces que estuvo hospitalizada.

Agregó que después de su muerte en estos últimos 7 años, cantidad de personas han declarado haber recibido favores extraordinarios por intercesión de la Sra. María Esperanza, y que ahora quedaba de parte de la Iglesia determinar si realmente había vivido una vida heroica y si estos favores son milagrosos o no.

Luego, frente a la tumba de la sierva de Dios María Esperanza, se rezó el rosario. Su viudo, el Sr. Geo Bianchini, recordó que el reino de los cielos era la razón de la existencia del ser humano. Enfatizó que para entrar en ese reino había que ser justo, actuando en todo momento de acuerdo a las leyes divinas y en particular a la santa voluntad del Padre; que la fe debía ser firme, sin ninguna duda. Insistió en que se debía vivir el amor divino que vino a través de Jesús, el Rey del amor verdadero; el amaos los unos a los otros sin distinción de clase o de religión. “Amarse es lo importante.”