Apariciones en el Santuario de Betania

Virgen en Betania - Our Lady in Betania (Foto II)Aquí encontrará información sobre las apariciones de la Santísima Virgen en “Finca Betania”, Venezuela, bajo la advocación de “María, Virgen y Madre Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones”.

Aparición oficialmente aprobada por el Excmo. Mons. Pío Bello Ricardo el 21 de noviembre de 1987.

 

Recuento histórico de la aparición

Muchos años antes de conocer Finca Betania, la sierva de Dios María Esperanza a través de mensajes recibidos de la Santísima Virgen María, ya estaba plenamente consciente de su existencia.

La Santísima Virgen María en numerosas ocasiones le habló sobre una tierra santa que sería como “la nueva arca de salvación”. Le dijo que la misma se encontraba en el centro norte de Venezuela y que se convertiría en un “lugar de oración y peregrinación permanente” para el pueblo de Venezuela y luego para todas las naciones del mundo, a fin de que se diesen las manos en reconciliación los pueblos y naciones, y en donde estarían unidos Iglesia y Pueblo en un solo corazón, o sea, Pueblo e Iglesia trabajando unidos en un solo ideal: La unidad del género humano.

La Sra. María Esperanza reconoce la tierra el 29 de marzo de 1974 gracias a las descripciones dadas en los mensajes, ya que estas coincidían en forma perfecta con el lugar: la vieja casa, el trapiche, la siembra de caña de azúcar y de café, y la gruta de aguas cristalinas.

La confirmación simbólica de que ese era el lugar anunciado y escogido por la Santísima Virgen María la recibe la sierva de Dios María Esperanza con el símbolo de una mariposa azul. En mensajes recibidos muchos años atrás la Santísima Virgen le anunció a la Sra. María Esperanza que en el momento que encontraran la tierra, ella se manifestaría con alas de mariposa azul. Este hecho ocurrió cuando la Sra. María Esperanza consiguió el lugar santo con su gruta de donde salió de improviso una mariposa azul que revoloteó en el lugar, lo cual reafirmó de una manera sencilla, pero muy hermosa lo anunciado previamente a través de los mensajes. Actualmente, en muchas ocasiones especiales la mariposa azul se hace presente volando desde la gruta y revoloteando la explanada para luego volverse a internar en la vegetación del lugar.

Dos años más tarde, el 25 de marzo de 1976, tal y como le había sido anunciado, se aparece por primera vez la Santa Madre de Dios a la sierva de Dios María Esperanza en Betania bajo una nueva advocación, la de María Virgen y Madre Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones. Después de esta hermosa experiencia, la Virgen le sigue apareciendo en los años siguientes, pero no es sino hasta el año 1984 cuando se hace visible a más de ciento cincuenta personas, quienes atestiguaron haberla visto clara y nítidamente. Este grupo de personas era muy diverso, encontrándose niños, jóvenes universitarios, personas adultas, militares, médicos, psicólogos, psiquiatras, ingenieros, juristas, etc.

A partir de ese momento comienza una investigación por parte del obispo de la diócesis de Los Teques, estado Miranda, el Excmo. Mons. Pío Bello Ricardo, que culmina con la aprobación oficial asentada en una Carta Pastoral, en la que declara que las apariciones en Finca Betania son auténticas, tienen carácter sobrenatural y son de origen divino; por lo tanto, el sitio debe ser considerado como sagrado y ser tenido como meta de peregrinación y como lugar de oración, reflexión y culto, en el que puedan realizarse actos litúrgicos de acuerdo a las normas de la Iglesia católica, apostólica y romana.

El Excmo. Mons. Pío Bello Ricardo para llegar a esas conclusiones consultó primero con el san Juan Pablo II y después comunicó todas las informaciones al cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, manteniendo ese contacto en continuación.

Debido a la afluencia de visitantes y peregrinos de Venezuela y otras partes del mundo, el santuario permanece abierto al público todos los días del año de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.

 

Descripción e historia del lugar

Betania es una extensión de tierra montañosa que se encuentra ubicada en el km 11 de la carretera Cúa – San Casimiro en el estado Miranda, Venezuela a unos 65 Km. de la ciudad de Caracas, la capital. Su acceso principal es a través de una autopista desde Caracas hasta la ciudad de Charallave, donde hay un desvío hacia la ciudad de Cúa.

Luego, en Cúa se sigue por la carretera principal hacia el poblado de San Casimiro. Aproximadamente a unos 12 km de Cúa, siguiendo esa vía, se consigue la entrada de Finca Betania a mano izquierda.

Es un área rodeada por pequeñas colinas adornadas con vegetación tropical. A la entrada se consigue un estacionamiento para vehículos y autobuses. Luego, una pasarela peatonal sobre el río Tarma que atraviesa de oeste a este la Finca. De la pasarela se accede a la explanada y a la gruta, lugar donde han ocurrido la mayoría de las apariciones. En dicha explanada se ha construido una capilla abierta.

El nombre de Betania viene del nombre original que tenía la finca, la cual en 1974 fue presentada en venta a las familias Bianchini, Andreu y Castellano. Al verla, la Sra. María Esperanza Medrano de Bianchini consideró que esa era la tierra que el Señor le prometió desde el inicio de su misión.

Mucho antes de que la sierva de Dios María Esperanza contrajera matrimonio, el Señor le venía comunicando que llegaría a sus manos una tierra de mucha importancia espiritual, que Él le entregaría cuando llegara el tiempo establecido.

Entre los años 1957 y 1974, la Sra. María Esperanza tuvo la inspiración de visitar muchas tierras en varias partes de Venezuela. Un día, un señor ofreció para la venta una finca en los Valles del Tuy al Sr. Geo Bianchini y al Ing. Jesús Andreu, quienes estaban trabajando juntos. Ellos tomaron la decisión de ir a verla, la sierva de Dios María Esperanza estuvo de acuerdo y establecieron el día de la visita.

El 29 de marzo de 1974 fue el día escogido. Tres familias (el Sr. Geo y Sra. María Esperanza de Bianchini, el Sr. Andreu y Sra. Luisa de Andreu y el Sr. José Castellano), el dueño, el Dr. Rafael Pérez y el vendedor, el Sr. Hicle se reunieron en el lugar. Se visitó y después se conversó largamente sobre todo lo que correspondía.

En esa finca la siembra mayor estaba representada por la caña de azúcar, había más de 20 hectáreas sembradas, además de su buen trapiche para producir papelón, también muchos árboles frutales y una cría pequeña de aves. La finca estaba bien atendida y era muy agradable, tenía una casa de construcción rústica y típica tropical, un río manso la atravesaba, era pleno verano y estaba cargado de aguas claras y tranquilas; todo se presentaba como un verdadero paraíso.

La sierva de Dios María Esperanza estuvo de acuerdo y se tomó la decisión de comprar la finca, las condiciones fueron consideradas favorables y el dueño fue muy tratable y buena persona. Él contó que él mismo fundó esa finca, comprando lotes de tres fincas que estaban alrededor y le dio el nombre de BETANIA, comparando el lugar con aquel donde Jesús de Nazaret iba a descansar a casa de sus amigos. Se supo después que él pertenecía a un grupo evangélico de Caracas y que en la finca se reunían muchos de sus amigos y celebraban ceremonias de bautismo colectivo por inmersión en el río, además de muchas oraciones en conjunto. Por todo esto, se concluyó que ese lugar correspondía con el de las indicaciones anunciadas por la Santísima Virgen María.

Al salir de allí, todos los presentes se sintieron alegres y felices porque les parecía haber pasado ese tiempo en otra dimensión de absoluta paz y tranquilidad.

La sierva de Dios María Esperanza confirmó que era el lugar escogido desde remotas añoranzas para la realización de un designio divino de inmensas proporciones y que allí se verificarían grandes acontecimientos. Dos años más tarde, el 25 de marzo de 1976, esto se demostró con la aparición de la Santísima Virgen a la Sra. María Esperanza en lo alto de la gruta. Estaba acompañada por 80 personas y aunque los demás no pudieron verla, fueron testigos de fenómenos asociados a la aparición. El 25 de marzo de 1984, tuvo lugar “la gran aparición” de la Santísima Virgen a un grupo de más de 108 personas, quienes la vieron clara y nítidamente para luego dar su testimonio oral y escrito al obispo de la diócesis, el Excmo. Mons. Pío Bello Ricardo, quien tras un estudio exhaustivo de los testimonios dio su aprobación a través de una Carta Pastoral.

La Madre de Dios le indicó a la Sra. María Esperanza que debía donar a la diócesis de Los Teques los terrenos correspondientes al santuario. El día 28 de agosto de 1989 se donaron a la Iglesia 4 hectáreas. El señor obispo permitió continuar celebrando actos litúrgicos en el lugar. La indicación divina es la de trabajar juntos en bien de las almas: “Iglesia y Pueblo unidos.”

 

¿Cómo aparece la Santísima Virgen?

Según testimonios de los testigos la Santísima Virgen aparece de forma celestial, “se hace visible de la nada… se materializa…” dicen algunos, pareciéndose mucho algunas veces a la Virgen de Lourdes, pero a veces también a la Virgen de la Medalla Milagrosa, a María Auxiliadora, a la Virgen del Pilar, a la de Coromoto y a otras muchas advocaciones conocidas.

Ella aparece de improviso, radiante de luz, acompañada la mayoría de las veces por un fuerte y exquisito perfume de rosas y otros fenómenos místicos, como sonidos celestiales de cantos de corales “invisibles”, movimientos giratorios del sol, etc.

Mapa de Ubicación de la Finca Betania

Testimonios

Hay un gran número de testimonios de eventos sucedidos en Betania. En esta sección se recogerán algunos de ellos.

Caracas, 13 de julio de 1984

Rev. Mons.
PIO BELLO RICARDO
Arzobispado de Los Teques (Edo. Miranda)
Su excelencia Mons. Pío Bello:

Como Ministro y Representante de la Diócesis de Los Teques, creo mi deber, que esté al tanto de lo que a continuación voy a exponerle… para cumplir con lo que me ha sido asignado por una Doctrina Sagrada… y es: “Dar testimonio de un hecho real y verdadero…” que consolida y purifica el corazón de un Pueblo Cristiano.

He aquí, que movida por un sentimiento profundo en mi alma, dejo la huella de una pequeña luz… para que resplandezca en el corazón de aquellos que como Usted, están representando a un sector determinado y ellas son ovejas de su redil, las cuales deben ser conducidas por manos seguras, juicio y criterio del Buen Pastor que comprende a su rebaño.

Doy fe de un Caso Especial … y es el de una Madre: ” María Virgen y Madre de la Iglesia ” que se presenta en estos tiempos como: ” Madre, María Reconciliadora de los Pueblos “, advocación que nos lleva a reflexionar y a elevar nuestro espíritu..! Ante Su Presencia Divina se recibe la Gracia y se comprende la esencia moral encerrada en los Mandamientos de Su amadísimo Hijo Jesucristo nuestro Señor, principio de amor, camino de la verdad y la vida, ¡única ruta que nos conduce a Dios!

María, Virgen y Madre, se hace visible para hacer un llamado… para que se rectifique y podamos descubrir la perfección en El… que perdonando, bendiciendo y glorificando, sigue llevando a Su Pueblo el Fuego de Su Amor, con Sus Enseñanzas, como una canción continua de paz, de perdón y misericordia, redimiendo muchas almas.

Ahora bien, Nuestra Madre se presenta en todo Su Esplendor, Gracia y Profundización Espiritual… desde la cumbre de una pequeña montaña, espesa, verde esperanza, en medio de rocas, semejando peñascos y conformando una especie de gruta, de la cual brota agua proveniente de los manantiales que saltan de lo alto de los peñascos… como Dueña y Señora se asoma … y allí la vemos… ¡toda ataviada de blanco, refulgente, acariciante, toda luz, toda amor, toda hermosura extraordinaria, de belleza magnificente, llena de Divina Perfección!

He allí un cuadro maravilloso, nunca visto… con su vestido blanco, puro, como espesas nubes de algodón, sus manos en el pecho, su cinta azul en el talle y un rosario en el brazo derecho… y nos invita a orar… extendiendo sus brazos y sus manos cargadas de Luz… es una insinuación para albergarnos en Su Corazón, para estrecharnos dulcemente como lo hace con su pequeño hijo, Querubín Celestial… El, Jesús en nosotros y nosotros en El!

¡Esta Madre, con Su Presencia, que seguridad nos da … Que alegría nos proporciona … Cuanta Bondad!

Esta es la realidad que ha vivido un grupo de almas a partir de un veinticinco (25) de marzo de 1984, que unidos han podido compartir los bueno caminos de los sinceros de corazón… y allí en Betania de las Aguas Santas, esa Madre, toda bondad y ternura, se nos da por entero para encontrarnos y para que haya la reconciliación entre hermanos… analizando las virtudes de cada quien para abrazarnos, amparados por la fuerza protectora de la confianza, rectitud y sabiduría humana.

He allí la enseñanza admirable de un Día de Luz… que llenó nuestro corazones de experiencias extraordinarias, que nos han traído armonía y paz interna… ello es el Sacro Privilegio de anunciar al Mundo la Buena Nueva para el Futuro… el Reinado Divino del Espíritu … entre los hijos de un Pueblo que pide Justicia… y al cual lo justo triunfará… floreciendo en los corazones el AMOR… ¡sirviendo y disfrutando de las Bienaventuranzas!

¡He aquí mi humilde exposición de un Día de Luz..!
Respetuosamente le ruego me bendiga,

María Esperanza Bianchini

CURACIÓN MILAGROSA CÁNCER EN PRÓSTATA
CON METÁSTASIS EN COLUMNA,
Dr. VINICIO ARRIETA ALVARADO, MÉDICO GINECO-OBSTETRA

Fragmentos tomados de su libro: “Encuentro con la Virgen María en Betania”, Nihil Obstat firmado por el Presbítero Jesús Hernández, Vicario Central de la Arquidiócesis de Maracaibo en 1993.

Este testimonio de mi encuentro con la Santísima Virgen María, lo escribo porque habiendo transcurrido el tiempo durante el cual prudentemente, he esperado para comprobar la curación del cáncer con metástasis, por todos y repetidos exámenes médicos de laboratorio, radiología, ultrasonido y biopsia, siendo desde lo más profundo e interior de mi ser esa necesidad, obligación y responsabilidad cristiana. Tengo fe y sé que ‘la Bienaventurada Virgen María sigue precediendo al Pueblo de Dios’ (Juan Pablo II), caminante hacia el centro, norma, finalidad y plenitud que es Cristo […].

Para febrero de 1989 ya los síntomas urinarios eran más frecuentes; tenía que levantarme a orinar por las noches 3 ó 4 veces y había perdido un poco de peso.

El Examen Médico encontró la próstata dura y aumentada con nódulo anterior. Dr. Alfonso Araujo. (22-02-89)

El Ecograma Prostático informó: La próstata mide 4.5 x 4.2 cm. En sus ejes AP y transverso respectivamente; presenta nodularidad anterior de 2.4 cm. con protrusión hacia piso vertical y calcificación central, los límites de la glándula están bien definidos. Dr. Sócrates Molero. Maracaibo. (23-02-89)

Inmediatamente, solicitaron PSA (Antígeno Prostático Específico) examen de sangre que es marcador tumoral, el cual, si está elevado es maligno; el resultado fue 100, siendo los valores normales de 0 a 6. Entonces, presentí que el resultado era tan elevado que no solamente se trataba de un cáncer de próstata, sino que ya tenía metástasis.

En efecto, el survey óseo del 23-02-89 informó: Existe imagen redondeada de mayor actividad lateralizada, que se corresponde con el pedículo vascular situado a nivel de T12. Resto del esqueleto sin acúmulos anormales. Dr. Vinicio Paz.
Para precisar tamaño, profundidad y otros caracteres de la metástasis de columna, realizaron tomografía computada de columna con el siguiente resultado resumido:
A nivel de T12 se identifica imagen lítica tipo metastásica de 4.2 cm. en su eje longitudinal por 2.4 cm. En sus eje transversal con borde nítido de intensa reacción infiltrativa inflamatoria.

Evaluación de pelvis: Próstata aumentada de aspecto heterogéneo, nódulo de 2.5 cm. protruyendo hacia la vejiga. No hay signos de alteración del espacio retrovesical o de fosas isquio rectales. Dr. Eduardo Mora.
Con estos resultados el Dr. Alfonso Araujo estableció el diagnóstico: Cáncer de próstata con metástasis en columna, y decidió el 27-02-89 biopsia del tumor de la próstata la cual fue informada:

Diagnóstico: Adenocarcinoma bien diferenciado, infiltrante de próstata. Dr. Amable García.
La consulta con el Médico Urólogo amigo estuvo caracterizada por solidaridad y consuelo de su parte, y pena, tristeza, lágrimas furtivas y gran temor de mi parte.
Todos lo médicos que habían participado en el diagnóstico y que debían decidir el tratamiento fijaron una reunión para esquematizar protocolo de tratamiento particular:
1.- Radioterapia de la columna: inmediata, para evitar su fractura.
2.- Flutamida: medicamento antihormonal, que sólo tenía 2 años empleándose con buenos resultados para detener el rápido progreso de las metástasis.
3.- Quimioterapia: con combinación de drogas antitumorales.

Aquella noche de la junta médica el día 06-03-89 creí estar sentenciado a muerte: 63% de mortalidad en los 2 primeros años y 81% entre 1 a 5 años. Es decir, 5 años de vida en el mejor de los casos […].

Para entonces yo era un hombre de Misa y Comunión dominical: Un cristiano común […]. Después de aquella noche ruinosa de la junta médica, en las reflexiones interiores e íntimas, al hablarle a Dios implorando su misericordia, me propuse, y así lo hice, Misa y Comunión más frecuente no sólo semanal, fervorosa oración del rosario y lectura diaria de la Palabra de Jesús.

En marzo, los especialistas iniciaron el tratamiento médico:
– Flutamida oral: el 07-03-89.
– Radioterapia: el 08-03-89.
– Quimioterapia: primer ciclo el 14-04-89 y segundo ciclo el 05-05-89.
En mayo, Teresita de Andrade, una prima, me visita e invita a viajar a Betania, donde se ha estado apareciendo la Virgen María desde el 25 de marzo de 1976 y, con más frecuencia desde el 25 de marzo de 1984, y donde milagrosas curaciones ocurren a cada momento. Me informa que las peregrinaciones las dirige y conduce Judith de Ramírez, mutua amiga.
Fue entonces cuando comencé a sentir sobre mí el gran poder de la oración: propia, de familiares, de amigos, de pacientes de la consulta médica, de grupos de oración, del grupo de la Hermana Francisca de la Presentación, de las Hermanas Carmelitas de San Cristóbal, de las Hermanas Catequistas de Lourdes de Maracaibo y el rosario diario de la emisora católica: La Voz de la Fe.

Toda la familia insistió en la peregrinación a Betania. Me “embarqué” en la peregrinación. De inicio a las 6:00 a.m., hora de partida, Judith comenzó con las oraciones de la mañana y mi mente inmediatamente reaccionó diciendo: Esta buena mujer nos va a llevar 12 horas rezando sin descanso, paciencia. Tengo tanto malestar, náuseas, sudoración y debilidad por la segunda quimioterapia de hace una semana, que no voy a soportar este viaje.
Llegamos a Finca Betania a las 6:15 de la tarde. Desembarcamos lejos de la gruta y del sitio de las apariciones. Fuimos a saludar a la Virgen. Oramos y cantamos. En el recorrido hasta la gruta y la cascada sentí una percepción sobrenatural de paz, tranquilidad interior y sosiego.

Iniciamos la vigilia y el ayuno de 7:00 de la noche a 7:00 de la mañana. En el lugar estábamos unas 250 personas. Dentro de mí el malestar se había acentuado. Sudaba cada vez más y sentía escalofríos. Me acosté a descansar en tierra sobre una colchoneta.
Una fina lluvia comenzó a caer. Judith dijo: “Esas son gracias actuales de la Virgen.”
Cartesianamente respondí: Por favor, déjate de beaterías, estamos en zona montañosa y ese es un fenómeno muy natural. Me resistía a abandonar el mundo de la razón.

La Misa de medianoche, la Eucaristía y la Homilía iniciando el día 13 de mayo de 1989, día de la Virgen de Fátima, fue una lluvia torrencial de la gracia actual […]. Nos dispusimos a descansar para luego orar durante la vigilia.
A las 3:00 de la mañana despierto, cuando un grupo de jóvenes ingresan al santuario cantando en coro angelical: VIVE JESÚS, EL SEÑOR. Oraban y cantaban. Yo sudaba y temblaba. Oraba brevemente. Dormía por agotamiento […].
A las 4:00 a.m. despierto de nuevo, cuando vuelven a cantar: VIVE JESÚS. EL SEÑOR. Duermo profundamente otra vez […].

A las 5:00 a.m. despierto esta vez anhelante, como por una intuición interior, oigo: VIVE JESÚS, EL SEÑOR. Temblaba de frío y sudaba copiosamente. Nada hay más dulce que sentir la llamada del Jesús. Esta tercera vez lloré, no sé por qué cara en la tierra. Fervoroso y humillado ante el amor. Hominizado como hermanos de Cristo, entre el llamado, la entrega y el arrepentimiento.

Una plegaria emergió de los más íntimo, profundo y sentido de mi ser: Señor, aquí me tienes como Pablo de Tarso, tumbado del caballo de mi orgullo, de mi vanidad, del ejercicio de la profesión. No he matado ni perseguido cristianos como Pablo… pero sí me he convertido en tibio, mediatizado de fervor indolente y no comunicativo de la gracia […]. Señor, dame más tiempo para dejar a mis hijos menores, Vinicio y Julio, estudiando alguna profesión de la que puedan valerse por sí mismos. Señor, dame ese tiempo para ellos, para mi familia, no para mí. Tú sabes que acepto tu voluntad.

Después de esa plegaria de misericordia oré dando gracias: Padrenuestro, invocación al Espíritu Santo, Avemaría, Credo y Gloria.

A las 6:00 a.m. nos congregamos, los peregrinos de Maracaibo, frente a la gruta para cantar y orar el rosario a la Virgen. Al finalizar el santo rosario, dos niños dicen que la Virgen, está entre los árboles, toda vestida de blanco encima de la gruta de oración. Muchos comienzan a ver la aparición. Me aferro a mi esposa y exclamo: Virgencita, por los méritos de esta santa mujer yo necesito verte. Y la silueta de la Virgen de Fátima se apareció entre los árboles, toda de blanco y de luz resplandecientes. Señorial, bella e imponente de dulzura.
Intenso frío y luego calor recorrió y estremeció todo mi cuerpo. Le dije a Elena, muy quedo: Mi amor, me voy a curar, lo sentí en mi interior; no sé cuando, pero me voy a curar.
El tiempo de la aparición de la Virgen de Fátima fue breve, quizá menos de un minuto. Quedé lleno de fe, firme en mi curación, de caluroso bienestar, sosiego y tranquilidad.
Amanece e inicio de la mañana. Nublado, ausencia de sol… se podía calcular unas 5.000 personas […]. El día comenzó a hacerse claro por la luz solar a través de las nubes.

Las 8:20 de la mañana. La muchedumbre comienza a gritar: “El sol, el sol… los signos solares, los signos solares.” De pronto a la izquierda de la colina de la gruta y la cascada, más allá de la cumbre de los árboles, en cielo abierto y multicolor apareció la Santísima Virgen María como un ser real, como una persona humana, como yo conocía que debía manifestarse. Exclamé: Dios mío, estoy viendo a la Virgen María. Gracias, Dios mío. Y caí bruscamente de rodillas […]. Lloré de alegría […]. Paz infinita, felicidad y alegría me embargaron […]. Todo pensamiento, la razón, la conciencia y el corazón se arrebataron del amor a María.

Se presentó […] con un vestido marrón claro, del cuello a los pies. El Niño Jesús en el brazo derecho en actitud de entrega y un rosario pendiente en el brazo izquierdo, brillante y refulgente. No sabía cual advocación era, ni la había visto antes.
Me estoy curando, seguía exclamando, en tanto no dejaba de contemplar a la Virgen. Mentalmente expresé: Oh Virgencita, gracias, gracias, gracias, te amo, te venero, te pido perdón. Gracias, Jesús Salvador.

Lleno de amor y felicidad pude hablarle: Virgen Santa, dadme un signo para ir a los médicos tratantes y decirles que estoy curado.
La respuesta fue interior, en silencio: “Ora, ora y espera.”

De pronto la luz refulgente de sus ojos se fue atenuando hasta no percibirla y se elevó en el cielo, en el mismo instante para todos los que vimos la aparición. Un feligrés militar que también vio a la Virgen pudo mirar la hora: 9:10 de la mañana […]. Me abracé llorando, feliz a Elena y le dije que estaba curado […]. Solicité a Judith permiso para irme a Maracaibo y la respuesta constituyó la primera lección de compartir y testimoniar cristiano: “Si tu has vivido esa maravillosa experiencia, tan bella, debes testimoniarla a todos los compañeros de peregrinación.”

Me llevó con María Esperanza, la vidente de la Virgen en Santuario Betania, quien al verme dijo: “Tú eres un hombre bueno que has salvado muchas vidas. Tus células se están renovando. No debes irte, porque nuestra Santa Madre, aún te auxiliará más.”

Para la Misa de mediodía, oficiada por el Señor Obispo Pío Bello Ricardo trajeron en procesión una imagen, MARÍA RECONCILIADORA. Entonces todos reconocimos la advocación de la aparición.
En otro encuentro después de la Misa, María Esperanza nos dijo: “Espera la manifestación de tu curación para que te vean los médicos. La Virgen te visitará en tu hogar y habrá muchas flores.”

Para referir el testimonio de mi curación y encuentro con la Santísima Virgen María, Elena y yo decidimos hacer una reunión en la casa con nuestros familiares y amigos.

Al siguiente día, martes, Nelia de Rodríguez llamó a Elena y le dice que le enviará la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro […] y así se cumple la visita anunciada por María Esperanza. Durante todo el día se fueron recibiendo, sin solicitarlo, flores enviadas por los amigos parala Virgen María. Esa noche había 12 ramos de flores. Oramos en acción de gracias y testimonié mi encuentro con la VIRGEN.

El viernes, 18-05-89, fui al laboratorio del Medicina Nuclear del Dr. Vinicio Paz en el Hospital Clínico, quien había hecho la prueba anterior y le solicité tomara muestra de sangre para nueva prueba. Su respuesta fue: “No te corresponde porque apenas estás iniciando el tratamiento.”

Le dije: “Fui a Betania, vi a la Virgen María y estoy curado.” Me miró en forma como si hubiese perdido la razón pero extrajo la muestra de sangre.

El sábado 19-05-89 a las 3:00 p.m. llamó a mi casa y habló con Elena. En eso momento iba llegando…. Oigo que todos en mi hogar exultaban de alegría, exclamando: “El milagro de la Virgen, el milagro de la Virgen.”
Hablé con el Dr. Vinicio Paz, había practicado la prueba dos veces y fueron: “NO DETECTABLES.” Le preguntó: ¿Tú crees que con 2 quimioterapias y 10 sesiones de radioterapias en la columna pueden eliminar por completo todas las células malignas de forma tal que desaparezca la reacción inmunológica?
Respondió: “Pudo más tu religión que la ciencia.”

El 22-05-89 me realizaron Tomografía Computada de Columna con el resultado siguiente: A nivel de T12 se identifica nuevamente imagen de 1.3 cm. En su eje longitudinal por 1.2, en su eje transversal con esclerosis reactiva, prominente en cuerpo vertebral adyacente, en región para-media izquierda con extensión al pedículo de porción proximal.
Evaluación de Pelvis: próstata de tamaño normal, de aspecto homogéneo con buena delimitación de plano vesical son signos de alteración de espacio retrovesical o de fosas isquia rectales.

El resultado del Ecograma fue así: La próstata mide aproximadamente 3.7 x 3.5 cm. Presenta dos diminutas calcificaciones centrales y leve irregularidad en cara anterior, la textura glandular es homogénea con escasa protrusión a piso vesical.
Solicité opinión al Dr. Eduardo Mora. ¿Cómo ves las metástasis de columna?
Me preguntó: “¿Profesor, qué se hizo? Tiene esclerosis (cicatrización) como de 3 meses de curada.”

Respondí: Eduardo, fui a Betania, vi a la Virgen María y estoy curado.

El survey óseo una semana después fue reportado: No se observan imágenes de acumulo anormal del trazado radioactivo en esqueleto. Dr. Vinicio Paz.
Finalmente, con todos estos resultados fui al médico urólogo amigo, Dr. Alfonso Araujo, quien después de examen prostático, clínico y resección transversal para biopsia dijo: “Profesor, hay una estrella en el cielo que nos está ayudando.”
“Esa estrella, Alfonso, es la Virgen María, la más sublime estrella de amor para todos los hombres,” respondí.

Han transcurrido 4 años [para la fecha de publicación del libro] de ese misericordioso hecho. Cada 4 meses corresponde hacerme controles, todos los cuales han sido: “NO DETECTABLES.” Es decir, ninguna célula con actividad maligna.
Afirmo, libre y diáfanamente, que me he encontrado personalmente con la VIRGEN MARÍA RECONCILIADORA, que no anhelo otra cosa que ocupar tiempo, espacio, acción en ser agradable a la Virgen María y a Cristo Jesús, punto esencial, verdadero y central de nuestro pensar, sentir y hacer.

Estoy curado física y espiritualmente. Tengo fe en Cristo y la tengo en mí, viviendo la gracia de Dios. Permanezco en paz conmigo mismo, son mi familia y con todos los hombres, mis hermanos. GLORIA A DIOS.